viernes, 8 de mayo de 2015

La dedicatoria que parece no ser tan profunda como aparenta y mi manera de pensar.


Desde finales del año pasado que culmine de escribir mi libro de historias cortas “A Quien Ama Las Emociones”, algunas personas me comentaron que les pareció un tanto profundo la dedicatoria, muchos esperan siempre la clásica dedicatoria del tipo “para mi mama, mi perro, mi familia, bla bla bla”. De veras que me hubiese gustado hacerlo, y de hecho lo hice en el borrador original, pero cuando el título del libro fue cambiado, la dedicatoria sufrió también varios ajustes.

Agradecerle a las personas que estuvieron conmigo durante ese periodo de mi vida (Septiembre 2013 – Mayo 2014) está un poco sobre valorado, de modo que mejor es agradecerle a las personas que me desearon y que todavía me desean mal, aquellas que con sus comentarios ofensivos trataron de herir mis sentimientos y avasallar mis ideas, aquellos que me hicieron sentir cual poca cosa, son a esas personas a las que quiero agradecer y a las que en verdad debería dedicarles ese libro. Me hicieron comprender muchas cosas que hasta entonces, yo no entendía, la naturaleza despreciable del ser humano, sobre todo de como la ignorancia y la barbarie se apodera no nosotros en algún momento dado.

A quien busca defectos en lugar de virtudes, para el ser humano siempre es fácil criticar y/o hablar mal de otras personas, no obstante es difícil hacer una crítica de nosotros mismos. Aquellos que en verdad me conocen, saben que no tengo reparos en burlarme de mi mismo. A quien prefiere amar en lugar de odiar, eso se explica por sí solo. Y lo de hallar placer y satisfacción en la melancolía y la depresión del modo que yo lo hice, eso lo explica el párrafo anterior (para los que piensen que sentarse frente a un ordenador y empezar a escribir es cosa de escuela primaria, les digo que están muy alejados de la realidad).

Una breve sinopsis sobre mi manera de pensar:


La gente piensa que por ser cristiano-católico de extrema derecha, eso te convierte en fascista. Si bien es cierto, no soy partidario del homosexualismo, el comunismo, el ateísmo, el anarquismo, LOS SOCIAL-DEMOCRATAS etc... Pero existe algo que va mucho más allá de mis creencias políticas o socioculturales, y son LOS DERECHOS HUMANOS. Resulta que la declaración universal de los derechos del hombre y del ciudadano establecen principios básicos, como la libertad de culto, la libertad de expresión, entre otros, si y solo si en el ejercicio de estos derechos, no se ven socavados los derechos de otro individuo. De modo que si en algún momento, alguno de los derechos humanos de alguien, son violentados, dejare a un lado mis ideologías “fascistas” y lucharé por las garantías de los derechos humanos. Al final del día, todos somos humanos, una sola raza, y son más las semejanzas que nos unen que las diferencias que nos separan.