sábado, 25 de octubre de 2014

Memorias del tiempo que perdí mientras me hacia el estúpido.





Carmen Sofía, una abnegada trabajadora en su empresa, jamás llega tarde, siempre dispuesta a lo que sea que su jefe le pida (en el buen sentido claro). Después de casi 15 años de trabajo y un expediente intachable; es llamada al departamento de recursos humanos para una reunión.  En dicha reunión, la jefa de recursos humanos la felicita por todos sus años de servicio, no obstante, debido a ciertos cambios organizacionales en la empresa, su puesto ya no es requerido. Carmen Sofía no puede evitar las lágrimas que brotan de sus ojos, tantos años de esfuerzo y sacrificio, descuido a sus hijos, su esposo, su hogar. La jefa le dice que no se preocupe por sus prestaciones, le pagaran todo su dinero y además le darán una carta de referencia.

Ella está muy preparada académicamente y con las referencias que le darán, no tendrá problemas en conseguir otro trabajo, más el dinero que le darán, podrá realizar algunos proyectos personales que desde hace mucho tenía en mente. ¿Quién le devuelve el tiempo que Carmen Sofía invirtió en esa empresa?, los viajes familiares, el tiempo con sus hijos, el tiempo que pudo haber pasado con su esposo. Gano experiencia durante su estadía en ese trabajo, es cierto; pero esa experiencia de que le sirve, cuando los mejores años de su vida ya han pasado.

Anel tiene una relación de casi 8 años con su novia, él la ha ayudado mucho, tanto moral y emocional como económicamente. El la ayudo a pagar sus estudios e incluso a pagar cosas importantes cuando a ella el dinero no le alcanzaba. Él no es rico, pero hacia el sacrificio por el amor de su vida, nadie se lo pidió, y tampoco esperaba nada a cambio. Se endeudo mucho, tenía dos trabajos para poder pagar sus gastos personas y encima ayudar a su novia. Cuando pensó que todo estaba listo para casarse y formar un hogar, ella le dice que la relación no funciona, “no eres tú, soy yo” – le dice, Anel toma las cosas con calma, y decide alejarse de aquella que pensó, era el amor de su vida. Anel no le interesa el dinero que gasto, sabe que el dinero va y viene, el piensa en todo el tiempo que invirtió en esa relación. Desde el principio él sabía que eso no tenía futuro, pero le dio largas al asunto, se ilusiono, y sufrió las tristes consecuencias. El dolor embarga su ya atribulado ser, al enterarse que su antigua novia se acaba de casar con un tipo que conoció hace apenas 4 meses después de haber terminado con él. ¿Y los 8 años de vida que Anel perdió a lado de alguien que no lo quería, nunca lo quiso y que jamás lo querrá?, gano experiencia, es cierto, pero, ¿de qué le servirá esa experiencia ahora?, muy probablemente para vivir con el trauma que todas las mujeres serán como su antigua novia y aunque quizás el encuentre el amor de su vida, lo más probable es que el miedo se apodere de él y le impida disfrutar la felicidad; ellas ( las mujeres que Anel conocerá ) no tienen la culpa de lo que el sufrió, pero es muy probable que terminen pagando por lo que su novia le hizo. El caso de Anel en mujeres es bastante común, una chica se ilusiona con un chico, tienen un noviazgo súper larguísimo y luego el hombre no resulta ser el “príncipe azul”. La chica se desilusiona, siente que perdió el tiempo. Ahora el próximo chico que esa chica conozca, terminara pagando por el sufrimiento que aquel desalmado hombre le hizo, ¿es justo?, claro que no, pero la vida no siempre es justa.

Tanto Carmen Sofía como Anel, son dos ejemplos de lo importante y valioso que es el tiempo. Siempre escucho la frase “recuperar el tiempo perdido” o la clásica “no perdiste el tiempo, ganaste experiencia”. El tiempo que se va no vuelve, y la experiencia si bien es muy importante, no siempre estamos obligados a “tener” o a “conocer” todas las experiencias.
Quizás si Carmen Sofía no hubiese estado tan sumergida en su trabajo, hoy día no tendría problemas con su esposo y con sus hijos, y quizás si Anel no se hubiese entregado en cuerpo y alma a su novia, hoy no atravesaría por el dolor de un desamor.
Carmen Sofía es muy perfeccionista, aun si tuviera la oportunidad de devolver el tiempo, haría todo exactamente igual o incluso con se dedicaría a su trabajo con mayor intensidad. En tanto, Anel, sería el mismo chico dulce y encantador, que escribe poemas hasta altas horas de la noche y que llama a estaciones de radio para dedicarle una canción a su novia, ese que regala chocolates, flores y osos de peluche.

Hay que vivir un día a la vez, por más perfeccionistas en el trabajo que queramos ser, por muy románticos, aunque amemos con locura, el tiempo que se va no vuelve, por eso hay que aprovecharlo al máximo, disfrutar de las cosas simples, como decir un “te quiero” o un simple “buenos días”, o mirar hacia el firmamento y ver las estrellas, sentir la brisa que corre, pasar tiempo con amigos, conversar…



Ahora, en base a las experiencias de mi vida y recordando el tiempo que perdí mientras me hacia el estúpido; yo solo pido tiempo para soñar, tiempo para compartir, tiempo para ser mejor persona, tiempo para amar…

lunes, 6 de octubre de 2014

Sobre el concepto de xenofobia.


En este tiempo coyuntural, resulta indispensable aclarar para muchos el concepto de xenofobia. 
La xenofobia (del griego ξενός xeno = extranjero y φοβία fobia = temor) es el miedo, hostilidad, rechazo u odio al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es el racismo.


La «Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial» (aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965) define la discriminación racial o xenofobia como:
"Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública"

Esta mal que algunos extranjeros residentes en Panamá hablan mal de aquel país que les tendió la mano en momentos difíciles, esta mal que vengan extranjeros delincuentes y se apoderen de nuestro país, pero también esta mal que generalicemos y digamos que TODOS los extranjeros son malos para el país. Si existen leyes, por ejemplo, por cada extranjero contratado en una empresa, debe haber 10 panameños, simplemente debe cumplirse y ya. Sin llegar a medidas mal llamadas "nacionalistas", que no son mas que populistas con tintes fascistas. No esta mal que hayan extranjeros en el país, simplemente pienso que debe existir un mejor control migratorio, precisamente para impedir que delincuentes vengas a nuestro país. Gente honrada, honesta y trabajadora, HUMILDE Y AGRADECIDA, debería ser bienvenida en nuestro país.




Fuente bibliográfica: http://es.wikipedia.org/wiki/Xenofobia