El Gran valor de la
Confianza y la Sinceridad
Por: Jorge Morales – Franceschi
Muy difícil es ganarse la confianza de una persona, el
afecto que sentimos por alguien nos nubla el juicio y caemos en la tendencia a
confiar ciegamente en personas que quizás no lo merezcan, es precisamente
partiendo de esa premisa que viene a mi mente la gran duda ¿ porque resulta más
simple mentir en lugar de decir la verdad ?, no me malinterpreten, todos hemos
mentido alguna vez, de hecho, no he conocido a alguien que pueda decirme que nunca
ha dicho una mentira, en caso que me equivoque y si exista alguien, me gustaría
conocerlo o conocerla.
Volviendo al tema, si se ha depositado toda la confianza en
esa persona especial en tu vida, ya sea una amigo, pareja sentimental,
compañero de trabajo, si el compas para decir las cosas que pasan ya fue
abierto, resulta un tanto hilarante el mentir, digo, es entendible por temor a
la reacción de una persona en determinada situación, pero no tiene sentido
alguno decir una mentira cuando sabes que esa persona es comprensiva y sobre
todo, te acepta, te respeta y te quiere tal cual eres, bueno, este es un caso
excepcional, sabemos bien que en la mayoría de las veces, esto no ocurre.
El asunto se vuelve un poco más complejo cuando el mentir se
vuelve un habito, digamos de cada diez cosas, resulta que nueve son mentiras, y
para colmo de males, mentiras que resultan demasiado fáciles descubrir, he aquí
el porqué de la interrogante planteada al inicio, si sé que me van a descubrir,
ya no tiene sentido mentir, mejor y más fácil resulta ser sincero y apelar al
corazón de la persona, si es alguien que te quiere de verdad, te sabrá perdonar
y entender, ahora bien, es necesario aclarar que todo depende del escenario y
las circunstancias, ya que muchas veces hay cosas que resultan un tanto
difíciles de perdonar o incluso de olvidar.
Ser sincero, en un mundo donde la gente prefiere vivir en
una mentira, en vez de afrontar las realidades, es aun más complejo que la
misma mentira per se; es allí donde sea quizás entendible el porqué de las
mentiras innecesarias, mentir resulta la escapatoria sencilla para afrontar los
problemas, lastimosamente las personas no se dan cuenta en el momento ( pues en
la mayoría de los escenarios todo ocurre demasiado rápido, salvo que sea algo
premeditado ) que a futuro eso puede traer complicaciones, pues en muchos casos
resulta de extrema ayuda una cadena de mentiras para poder mantener y dar una
especia de “sentido” a la mentira original, bien lo dice el dicho popular:
“para decir mentiras y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”.
Hay que tener cuidado precisamente, por el hecho que son
mentiras que eventualmente la persona descubrirá, quizás en el momento el
susodicho no emita comentario o reclamo alguno, pero si es algo que se ha
vuelto repetitivo, poco a poco va naciendo la desconfianza y se va sembrando la
incertidumbre y/o duda de saber si lo que te dicen es la verdad u otra mentira
mas, pues como dije al inicio, el amor y otros sentimientos a veces nos nublan
el buen juicio, por un tiempo y espacio determinado, mas no para siempre. Y con
el pasar del tiempo, surge el temor de siquiera atreverse a preguntar algo,
pues las posibilidades de recibir como respuesta otra mentira mas, son demasiado
elevadas, entonces ya los temas de conversación se vuelven un tanto falsos y
sin sentido alguno, pues mientras escuchas a la persona hablar, tu mente
comienza a trabajar, atar cabos, viene la paranoia, entre otras cosas, pues
crees que todo lo que te están diciendo es mentira.
Aquel que es sincero, obtiene como recompensa un privilegio
inconmensurable, la confianza, y cuando hay confianza, todo lo demás viene por
añadidura. Dar amor, respeto, comprensión, es lo correcto y no es necesario que
algún dogma lo dicte, pues es la naturaleza del ser racional, distinguir entre
el bien y el mal, pero tampoco está de más, de vez en cuando, dar sinceridad a
aquellos que de verdad queremos o apreciamos en cierto modo.