domingo, 24 de agosto de 2014

Sobre el uso inadecuado a las redes sociales y demás medios de comunicación electrónicos.


Por: Jorge Morales-Franceschi


El uso que muchas personas le dan a las redes sociales es sin lugar a dudas un tema de debate. Muchos tienen Facebook, twitter, Instagram solo para ver las cosas que publican sus amigos y generalmente no comparten ni opinan sobre ningún tema. Lo cierto es que muchas de estas redes sociales han venido crear un detrimento en las relaciones humanas. Antes, se solía llamar por teléfono, salir a conversar, se iba de visita a la casa de un amigo o de la compañera sentimental; ahora todo se reduce a una simple sesión de chat por Facebook, un par de tweets o mensajes por WhatsApp. ¡Oh!, tan querido por muchos y odiado por otros, el WhatsApp ha venido a desplazar por completo lo ameno que solía ser las conversaciones telefónicas.
En el caso de las relaciones amorosas, esta aplicación de mensajería instantánea, ha traído una serie de dificultades, por ejemplo, aquel muchacho enamorado que le envía a su novia un mensaje romántico, con muchos emoticones y demás parafernalia cursi, esta demora una eternidad en responder, o jamás responde; sin embargo, el muchacho ve que su “gran amor” tiene tiempo para cambiar la foto de perfil, tiempo para cambiar el estado, e incluso la ve que está “en línea” varias veces. Y aun así no le responde. Otro motivo de trifulca ha sido la opción de “ultima vez”, aquella que te muestra la hora y fecha de la última vez que la persona estuvo “en línea”. Esta opción puede volver loco a cualquier persona que sea extremadamente celosa o acosadora, imagínense solo el ver a su pareja que la “última vez” que estuvo “en línea” fue a las 2:35 am.
En Facebook, la cosa cambia, e incluso se vuelve más problemática. El ejemplo clásico, aquel muchacho que le dice a su novia, “mi amor, iré a la cama temprano, que descanses”; no obstante, lo vemos “etiquetado” en un sin número de fotos acabadas de tomar en las discoteca a las tres de la mañana. Naturalmente que su novia al ver esas fotos en la mañana, le armara un escándalo, que lo más probable es que termine con aquel noviazgo. Falta de confianza y sinceridad, pues nadie desea enterarse por una red social que pueden ver otras personas que tu novio o novia te mintió sobre su paradero.
También está el caso de aquel muchacho que postea una imagen graciosa o algún comentario sobre determinado tema, muchas muchachas que son simplemente “amigas” de él, comentan y le dan “me gusta” a dicha publicación. La novia, que quizás no sea una celosa compulsiva, la primera vez lo vera como algo normal; luego de ver que dicha situación se vuelve repetitiva, se activa el llamado “celosometro” a niveles jamás antes vistos. Es allí donde comienzan los problemas.
No quiero que me malinterpreten o que se piense que y odio las redes sociales y los demás medios de comunicación electrónicos, simplemente, según mi criterio, se está haciendo un uso indebido de los mismos, en lugar de acercar personas y acortar distancias, lo que hace es alejarnos de la gente que más queremos e inclusive llega a mermarnos la posibilidad de conocer nuevas personas. Yo en lo personal, tengo Facebook, twitter, Instagram, google plus, entre otras; es gracias a ellas que me puedo comunicar con ustedes mis lectores.



Es necesario tomar conciencia sobre el uso que cada uno de nosotros le damos a estos medios de comunicación, en una emergencia, si es imposible llamar un mensaje instantáneo es lo ideal. En la medida que aprendamos a ser más sensatos y medidos en el modo que utilicemos las redes sociales, seremos mejores personas, e incluso, nos ahorremos problemas y/o discusiones sin sentido con las personas que más amamos. 

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