Con tan solo
un toque
Por: Jorge Morales – Franceschi
Como aquel muchacho que acaba de iniciar su 10 grado de
bachiller en ciencias ( conocido comúnmente como cuarto año ) o como aquella emoción que siente una
muchacha al ver su nombre y su cedula en la lista de estudiantes aceptados en
la facultad de medicina, las cosas buenas siempre llegan a aquellos que saben
esperar, y aunque todo sea oscuridad y no podamos ver las cosas claras, siempre
hay una luz al final del túnel, siempre hay alguien especial en tu vida que con
tan solo un toque, te hará ver las cosas más claras.
Me llamo poderosamente la atención el otro día transitando
por una calle de la ciudad, a una señora le acababan de robar su bolso, la
gente estaba muy consternada por lo que había pasado, los efectivos policiales
llegaron de inmediato, y comenzaron a interrogar a algunos de los presentes con
el objetivo de obtener alguna pista y dar con los asaltantes. Sin embargo nadie
vio nada, nadie es capaz de dar una seña particular de aquel antisocial, luego
sigo caminando y escucho a un seños murmurar: “yo si vi quien fue, pero es
mejor no meterse en eso, pues uno nunca sabe que represalias puedan tomar en
contra de uno”.
En qué punto de la vida hemos llegado que vivimos muy
enfocados en nuestros problemas, que somos incapaces de brindar la mano a algún
necesitad, obviamente, todos prefieren cuidarse las espaldas, no obstante, ¿en dónde
queda la solidaridad humana, aquellas cosas que antes solían estar bien, porque
ahora están mal? mucha de la calidad humana y los valores se han perdido, el consumismo
y la monotonía han terminado carcomiendo los buenos valores y los principios
que alguna vez tuvimos. Luego viene a un mas a mi atención escuchar gente que
dice, ¿Por qué me pasa esto Dios? ¿Por qué tengo tantos problemas? Pues es muy simple,
no es posible esperar cosas buenas en la vida si un nunca has sido capaz de
hacer alguna bueno y desinteresado por el prójimo, ahora bien, con este escrito
no es mi intensión adoctrinar a nadie, pues pienso que para hacer el bien o el
mal no es necesario pertenecer a una religión en especifico, es simplemente
algo que te nace y ya. He aquí la problemática de nuestra sociedad en Latinoamérica,
se ha perdido cierta sensibilidad, esa calidez humana, en la manera que
nosotros como ciudadanos, podemos empezar a crear conciencia, a ser un poco más
sensibles ante el dolor y la pena ajena, seremos mejores personas, más y
mejores cosas vendrán, quizás unos cuantos no podamos cambiar el mundo, pero al
menos podemos hacer la diferencia y solo así podremos sentir ese toque de
aquella persona especial en nuestra vida, sea un familiar, un amigo o una
pareja, si podemos hacer la diferencia y tocar la vida de alguien, entonces
podemos decir que hemos dejado una huella en el mundo.
Una vez alguien me dijo que para saber que dejaste tu huella
en el mundo es necesario hacer tres cosas: plantar un árbol, tener un hijo y
escribir un libro, sin embargo, tal vez con cosas acciones más pequeñas, como
abrirle la puerta una persona o un simple “buenos días” o “buenas tardes” podemos
estar seguros que dejamos un huella en el mundo, que no pasamos desapercibidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios.