He estado leyendo muchas voces de protesta, con relación al reciente decreto ejecutivo, donde el presidente Laurentino Cortizo modifica un decreto emitido a inicios de la pandemia, y exceptúa del vale digital de 100.00$ mensuales, a los menores de 25 años que son dependientes. Si bien es cierto, de momento nos enfrentamos ante una situación excepcional, donde dicho subsidio resultaba ser de gran ayuda para muchas familias, debemos ser conscientes que, en un país como Panamá, donde hoy por hoy, tenemos un sin numero de comercios quebrados, personas con contrato aun suspendido y una recaudación de impuestos por el piso, hace insostenible a largo plazo un subsidio de esa naturaleza. Tanto, o más insostenible que, el crecimiento económico del 11% durante el gobierno del señor Martinelli.
Ahora bien, en realidad estamos enfilando los cañones hacia
la dirección equivocada, porque al final del día, 100$ mensuales para una
familia de cuatro o seis integrantes, es poco. En lugar de alzar la voz en
señal de indignación por la eliminación de este subsidio, deberíamos exigir más
y mejores oportunidades de desarrollo para aquellos jóvenes menores de 25 años
que aún están en casa con sus papás. ¿Estamos fomentando el emprendimiento? ¿hay
algún tipo de incentivo para las empresas que, en tiempo de pandemia, están contratando
personal para teletrabajo? ¿hemos mejorado la calidad de la educación para que los
jóvenes salgan mejor preparados?
Normalicemos el exigir las herramientas para ser exitosos,
en lugar de que un gobierno haga todo por nosotros.
Siempre he sido enemigo acérrimo de los subsidios a largo
plazo, porque no siento que regalarle las cosas a alguien sea la solución a sus
problemas, por el contrario, creamos parásitos del gobierno, y fortalece mas el
clientelismo político. Antes bien, procuremos que la educación y el acceso a
oportunidades de trabajo dignas, sean un derecho, y no un lujo o una necesidad.
Los derechos humanos ni se pelean, ni se discuten.