domingo, 21 de junio de 2015

La mente inquisidora, aliciente de la sociedad post moderna.


Sobre la oscuridad de la noche, fría e inverosímil es, la actitud de aquellas personas. Aunque haya sol, en la mente y el corazón, solo hay oscuridad. Una vez alguien me dijo que el mundo está completamente perdido, que ya no somos ni la sombra, de lo que alguna vez fuimos. Que el mundo ha cambiado y que lo que antes era bueno ahora se volvió malo, ¡Mentira! El mundo no ha cambiado, fuimos nosotros los que cambiamos, algo ocurrió entre 1990 y el año 2000, que cambio por completo; aquella forma idealista de ver el mundo y la sociedad, ahora todo es relativista, pragmático y materialista. Como “la edad contemporánea” ahora es llamada “la edad post moderna”. Por momentos, pareciera que dejamos a un lado muchos de los ideales que solían representarnos, ya no existe términos de izquierda y derecha, todos somos iguales, cuando pensamos en una sola cosa: dinero.

Reír para no llorar, juzgar al arte, más no al artista, las palabras fluyen cada vez más, sobre tantas cosas. En el silencio encontré muchas de las respuestas, a interrogantes que tuve por años en mi mente y mi corazón, nunca me atreví a cuestionar, tal vez por miedo. Muchos se preocupan por el estado de cuenta de la tarjeta de crédito, la letra de un carro, hipoteca, prestamos personal, la luz, el agua, el internet, el cable, la cuenta del celular, etc…Todo eso es importante, pues hay que ser responsables con los compromisos adquiridos, sin embargo, son muy pocos, aquellos pensantes, de mucha letra y poco tiempo, que viven para trabajar en lugar de trabajar para vivir, laborar en lugar de ejercer, se detienen a pensar en cosas simples, como el calentamiento global, la brecha digital, los niños pobres en África, ¿para qué pensar en cosas tristes dirán? Si a fin de cuentas, no me afecta y en el remoto caso que me importara, una flor no hace verano, mas yo sé en mi corazón que es mejor prender una vela que maldecir la oscuridad.


No sé mucho de las personas, mas si de emociones,  tal vez no sepa mucho de sociedades, más si del corazón, tal vez no sepa mucho del odio, más si del amor.