miércoles, 5 de noviembre de 2014

Memorias de un amor en tiempos modernos ( PRIMERA PARTE )


-¿Que ha pasado contigo? , ¿Por qué ya no eres la misma de antes?-
- ¿A qué te refieres? , sigo siendo la misma. -
- Antes eras humilde, luchadora, gran amante, siempre tierna, mas ahora te has vuelto fría, seca, floja y arrogante-.
-Yo no cambie, simplemente madure, crecí como persona y como mujer. - responde ella.
- No. No confundas los términos. Ya no eres aquella mujer de la cual alguna vez me enamore. -
- Tú también cambiaste Patricio, no vengas a echarme la culpa a mí de todo, fuiste tú quien se enfocó en su trabajo, el que abandono el hogar. Tú me hiciste cambiar-.
-Lo hice para complacer tus caprichos Mónica, pues para ti el dinero se volvió algo prioritario, ¡que tonto fui al pensar que al tener más dinero serias feliz!, todo lo contrario, entre más dinero tienes, más quieres gastar, no eres capaz de medirte, más aun con la difícil situación económica que atraviesa el país. ¿Acaso no te importa despilfarrar grandes sumas de dinero mientras hay niños muriendo de hambre en los pueblos del interior de país? ¿En qué clase de monstruo te has convertido? - le dice, con tono de reproche.

Ella solo observa a Patricio fijamente a los ojos, no articula palabra alguna.
Patricio y Mónica  son una pareja que acaban de cumplir dos años de casados. Fueron novios durante un largo periodo hasta que por fin decidieron casarse.
Mónica siempre fue un tanto vanidosa y despilfarradora de dinero, a pesar de no siempre haber sido de buena posición económica, siempre le llamaron la atención las cosas lujosas, a Patricio en aquel entonces no le importaba, pues a pesar de ser vanidosa, ella era muy trabajadora, y ahorraba para complacerse en sus caprichos. Jamás fue dependiente de ningún hombre.

Mientras que Patricio siempre fue un muchacho trabajador, con metas claras, tener una profesión, acumular un capital para poder formar una familia, y no es que el dinero sea lo más importante para él, sino que está consciente que no solo de amor y cariño se puede vivir.

Pasados algunos minutos de silencio, Mónica se encierra en el baño a llorar mientras Patricio se encuentra en la sala, solo y pensativo, tratando de analizar qué es lo que pasa con su matrimonio, ¿por qué ya no es tan feliz como solía serlo? , ¿En qué fallo? El hizo absolutamente todo para complacerla, se endeudo hasta más no poder, e incluso sacrifico su sueño más grande de ser padre, pues Mónica le dijo que jamás quería tener hijos, pues eso arruinaría su hermosa figura. Patricio lo aceptó, sin embargo, aunque él se rehúse admitirlo siquiera en pensamiento, el hecho de jamás tener hijos lo está volviendo loco.

Entre tanto, Mónica encerrada en el baño, llora desconsoladamente y piensa ¿por qué su matrimonio está fracasando?, ¿por qué ya no es capaz de hacer feliz a su esposo, al cual sin duda alguna; ella ama entrañablemente?

Al cabo de unas horas; Mónica sale del baño, y se aproxima hacia la sala de la casa, allí se encuentra sentado Patricio, leyendo un libro, buscando de alguna forma escapar de la triste y penosa realidad que lo consume, a través de la literatura. Gran fanático de las novelas de suspenso y drama, aunque también disfruta de la poesía.

Ella se aproxima al sillón donde Patricio esta y el al ver a su amada esposa, se levanta y le da un gran abrazo.

- ¿Tienes hambre mi amor? Ya voy a preparar la cena. -
- No, no tengo hambre, solo quiero estar contigo. A tu lado no necesito más nada-
-No me gusta que estemos peleando tanto. Por favor perdóname. -
-A mí tampoco me gusta que estemos peleando, y perdóname tú a mí, fui muy duro contigo, tú sabes que te amo más que a nada en esta vida, y lo único que quiero es que seas feliz. -
- Yo también te amo, la verdad es que ambos fallamos, ambos hemos cometido errores.
- Es cierto, y ambos podemos salir adelante. Juntos.
Luego de aquella conversación, Patricio y Mónica se fueron a dormir. A pesar que las peleas entre ellos cada vez se hacían más constantes, siempre terminaban reconciliándose. Ya sea que él la llamara a ella o ella lo llamara a él. Están ambos hechos el uno para el otro.

Patricio y Mónica se conocieron en el trabajo, la química entre ellos no fue instantánea, pues Mónica siempre tenía sus reservas en cuanto a salir con alguien del trabajo, siempre pensó en eso como algo poco ético y que se prestaría a habladurías. 

Luego de comenzar a tratar a Patricio, ella comenzó a gustarle mucho su compañía, a tal punto que él se quedaba a esperar a que ella saliera de su turno para acompañarla hasta su casa. Ella vivía cerca del trabajo y mientras caminaban juntos, siempre conversaban de diversos temas, un tanto profundos y otros simplemente demasiado tontos.  El la hacía reír con las cosas que decía.  Siempre caminaban juntos, y luego de despedirse y cada quien irse a su casa, seguían conversando vía mensajería instantánea y otras veces por teléfono, por horas y horas, Mónica es muy inteligente y culta, domina muchos temas. Por alguna extraña razón ambos sentían que podían contarse cosas mutuamente, incluso, secretos que no se atrevían a confesar con nadie. Fue entonces cuando la química comenzó a fluir entre ambos, él le escribía poesía y ella estaba completamente encantada con él, de modo que comenzaron a salir juntos.

Mónica es una mujer de estatura media (entre 1.58 a 1.63 metros aproximadamente), ojos cafés, piel blanca y cabello rubio. Siempre elegante en el vestir, es la envidia de todas las mujeres en su trabajo, pues lo que sea que se ponga, le queda perfectamente bien. Resalta su hermosa figura.
Patricio es un tipo bastante alto (1.80 m), de cabello castaño, y tez trigueña. Un tanto sobrio en el vestir, siempre de saco y corbata, pues ahora es dueño de su propia empresa. Cuando él y Mónica trabajaban juntos, solía ser bastante casual en su modo de vestir.

A la mañana siguiente, Patricio se encuentra sentado en el comedor desayunando, generalmente se levanta temprano, es un viejo hábito que aún conserva, a pesar del ser el dueño de la compañía. En ese momento llega Mónica recién levantada, ella generalmente se levanta un poco más tarde.

- Buenos días señora Mónica, ¿le sirvo ya el desayuno? - pregunta la sirvienta.
- Si Carolina, ya puedes servirlo por favor-
- Buenos días Mónica, ¿cómo amaneces? -
- Estoy bastante bien, sabes Patricio, anoche estuve pensando mucho y creo que quizás sea buena idea esa terapia de pareja de la que me hablaste el otro día-.
-Está bien- Responde Patricio, con una voz un tanto seca y fría.
- ¿Te pasa algo mi amor?-
-Para nada. Todo está bien.-

Él se levanta de la mesa, le da un beso a Mónica, toma su saco y sale rumbo a la oficina.

Como es de costumbre en las mañanas, un tráfico descomunal acapara las principales arterias vehiculares de la ciudad, Patricio enciende la radio del auto para distraerse, pues sabe que nada ganara alterándose por el tráfico. Por más que intenta, no puede dejar de pensar en la pelea que tuvo con Mónica el día anterior, y sobre todo en las constantes peleas que están teniendo últimamente. En su imaginación, recuerda aquellas noches que se quedaba despierto hasta tarde conversando con Mónica, cuando los temas de conversación parecían interminables, cuando el al revisar su celular veía con emoción y sonrisa pícara los mensajes que ella le mandaba. A pesar que él siente aun la misma emoción, ya no parece ser recibido con la misma euforia de antes por parte de su esposa, pues muchas veces durante el día él le escribe cualquier cosa, alguna palabra dulce, un verso y el simplemente recibe un "Está bien" o un "después hablamos", en el mejor de los casos.

Otras veces él le escribe o llama a su celular y simplemente ella no contesta. Patricio se siente mal pues piensa que su amada esposa no tiene tiempo para él.


Todo parece ser más importante, menos su matrimonio...


SEGUNDA PARTE CONTINUARA LA PRÓXIMA SEMANA

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